"Ya no necesitábamos almacenar oxígeno: podíamos fabricarlo al instante, en cualquier lugar del mundo."
En resumen: el flujo importa, pero es relativo. Lo determinante es la concentración + la presión. Por eso el concentrador es una herramienta, pero la cámara es el medio clave.
Incluso con menos de 1 L/min de oxígeno al 95%, o con una mezcla al 45% bajo presión, el cuerpo logra una hiperoxia efectiva. Lo que no se absorbe, se exhala y se mezcla con el aire de la cápsula.